Vamos a hacer un minuto de silencio por la verdad que ya está muerta, y no porque no exista más si no porque hemos decidido terminar por ignorarla. Desde una receta de cocina, a un ejercicio para mejorar la postura, pasando por la teoría definitiva del origen del universo, todo te lo cuentan en las redes. Alguien te lo cuenta, no importa quién, eso es lo nuevo, no importa quién.
Por paradójico que suene hoy vi un video en una cuenta que sigo que me puso a pensar en esto. Estamos llenandonos de información, aplicándola, repitiendola sin saber bien de dónde viene ni quién nos habla.
Las redes en genal pero sobre todo tik tok parece ser la nueva enciclopedia ilustrada. Y no me tomen a mal, no es que no este a favor de internet y de que se horizontalize el acceso a la información, me fascina que este todo al alcance, pero no puedo evitar sentir que en un océano de fake news la implicancia que tienen las redes hoy es peligrosa.
Hacemos caso y repetimos, desde una pavada, hasta algo que podría poner en riesgo nuestra salud, pero todo parece liviano porque lo veo desde el celular, esa gran licuadora en la cual todo se mezcla y parece menos grave, impacta menos, no me salpica porque está ahí adentro, contenido en el contenido.
Nos creemos expertos en el manejo de las redes y creemos que jamás nos vamos a comer la curva, que vemos al bite venir de léjos. Nos reímos cuándo viene alguna tía uno de nuestros viejos agitando el teléfono reaccionando a una imágen hecha con IA sobre alguna fatalidad al otro lado del mundo. Pensamos que esa brecha entre identificar el fake o no es generacional, pero no spe si podemos estar seguros.
Todo en las redes parece útil, práctico, fácil, instantaneo. Todo esta pensado para que no pierdas más tiempo, porque en el fondo hay un subtexto: la productividad es lo único que importa. Entonces te lleno de cosas para que ya no tengas que pensar, y te vendo un secador de pelo, una dieta para achicar la cintura en una semana, un barcito de moda, el vaso viral, todo en menos de dos minutos. Te hago sentir que si no sabés estas tres cosas que te voy a decir no podés seguir deslizando. Te miento, te genero una necesidad diferente a cada minuto, te doy información dudosa, te recomiendo cosas que no están chequeadas, total no importa, no pasa nada, es todo tan liviano, tan lavado, tan rápido, que cuándo quieras darte cuenta no vas a saber qué fue, si lo que comiste, si lo que hiciste, si lo que leiste, si incluso algo de eso lo repetiste.
Somos funcionales en esta cadena, dónde olvidamos tomar con pinzas, y todas son grandes verdades, o al menos todas las que acuerden conmigo y las que no las cancelo, están equivocadas. Todo vale lo mismo entonces nada tiene valor, porque cuando tomas distancia dos minutos y lo pensás estás reproduciendo un boludéz que viste en internet. ¿Por qué no te tomas un poco más en serio? No significa ser aburrido, no significa no jugar el juego que proponen las redes sociales, significa volver a poner en duda, volver a tener criterio, desarrollar un instinto que permita entrar en conflcito con lo que ocurre y no asimilar pasivamente y repetir como robots mientras se vacía nuestro cerebro scrolleando cada madrugada
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Rescato lo de la productividad, me gustó. Y creo que lo más importante a destacar es lo de la ignorancia a la verdad y la diversificación de fuentes de información (no chequeadas/verificadas) que es muy peligroso. Hoy justo vi un video en TikTok (la paradoja) de una médica que reacciona a otro video de una piba que se inyecta líquido en los labios sin saber bien su origen y componentes, ni la certificación/conocimientos de quien se lo aplica. Esta médica rompe con esa dinámica de la red y pone en valor su conocimiento para revalorizar la verdad y plantear un punto que es la información concreta e importante, en este caso porque impacta en la salud.